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La militancia del partido Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), ha empezado a dimitir en masas debido a que Ortega acepto la liberación de todos los presos políticos.
Los militantes sandinistas sienten que fueron engañados por el gobierno, el cual defiende que en el país hubo un «intento de golpe de estado», sin embargo las medidas que intenta llevar a cabo el gobierno, demuestran exactamente lo contrario.
Empieza a existir división en el partido de gobierno, el cual es acusado a nivel internacional de graves crímenes de lesa humanidad en contra de la población nicaragüense.
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