
Un paramilitar sandinista ha soltado la lengua, pues ha confesado como fue la logística de la denominada operación de limpieza que se realizó en el país en 2018 para quitar los tranques y barricadas en todo el país.
Un paramilitar sandinista que participó en la toma de Masaya, prefiere tomar el anonimato y brindar declaraciones que culpan al ejército de Nicaragua en la brutal represión del régimen sandinista de Daniel Ortega.
«Yo participe en la reconquista de Masaya, el bastión sandinista por años, desde la época de Somoza, nos reunieron en Managua, nos dieron indicaciones que teníamos que sacar a Avellán al precio que fuera, ellos (régimen) se encargarían de que todo quedará en la impunidad y nos garantizaban que no nos acusarían de nada», menciona el paramilitar que al parecer muestra un gran descontento por el contexto actual y el trato hacía ellos de su partido.
Para comienzos de junio de 2018, el sub comisionado general de la policía Ramón Avellán permanecía atrincherado en su cuartel policial y rodeado por decenas de barricadas.
«Había que levantar la moral de aquel hombre (Avellán) por eso el jefe ordenó que tomáramos la ciudad al precio que fuera y que liberaramos de su encierro a Avellán», argumenta.
«Allí donde estabamos alrededor de unos 300, apareció un camión del ejército repleto de armas, venían dentro pero cubiertas con una carpa, nos dijeron agarren la que les guste y dense gusto en Masaya, quien lo dijo portaba un uniforme militar», comenta.
«Esas armas eran de alto calibre, como las que usan en la guerra de siria, uno de los policías que estaba en el lugar nos dijo que habían las armas suficientes como para mantener al sandinismo en el poder por los años que quisieramos», detalla.
«Después de agarrar cada uno un arma, nos agruparon para brindarnos un mensaje del comandante, nos dijeron que nos mandaba un cálido saludo y que estábamos a punto de defender los ideales de sandino, su nombre y su revolución», expresa.
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Declaraciones de Rafael Solís sobre el actuar del ejército
Las declaraciones van acorde a los señalamientos del ex magistrado Rafael Solís, quien desde el exilio mencionó y denunció que el ejército de Nicaragua habría facilitado el armamento de alto calibre que se uso en la represión por parte de los paramilitares del régimen.
Solís renunció a su cargo de magistrado en la Corte Suprema de Justicia a principios de 2019, en una carta de denuncia y renuncia, en la que se dirige al dictador Daniel Ortega y lo llama a la reflexión y a dejar de reprimir al pueblo.
«Esas armas tuvieron que salir de algún lado, por que la policía no maneja armamento de ese tipo», señaló Rafael Solís a varios medios de comunicación en una entrevista.
Ejército se desmarca de las acusaciones
En una nota publicada oficialmente por el ejército de Nicaragua, aseguran que las acusaciones de Rafael Solís son falsas y de que ellos en ningún momento participaron en la actividades como fuerza pública, ya que es deber pleno de la policía.
En reiteradas ocasiones el jefe del ejército Julio César Avilés se ha desmarcado de señalamientos similares y ha negado rotundamente la participación del ejército en la represión.
Evidencias recopiladas por la CIDH en su visita al país

Por su parte la Comisión Interamericana de Derechos Humanos CIDH recopiló bastante documentación sobre las armas utilizadas por la policía y paramilitares, encontrando evidencias que no correspondían a armamento destinado para contener manifestaciones y revueltas, sino más bien que era armamento pesado, único del ejército de Nicaragua.