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Golpe de estado a la economía nicaragüense, el dictador Daniel Ortega ordenó poner en circulación millones de córdobas que estaban en la reserva del Banco Central de Nicaragua, con el objetivo de devaluar al córdoba con respecto al dólar.
Con esta medida Daniel Ortega crea inflación en la economía nicaragüense, similar a los años 80’s. El dictador demuestra con esta medida no estar a la altura de un buen presidente, mucho menos de un estadista, ya que en lugar de favorecer la economía del país para el progreso, le da una estocada.
La medida corresponde al dicho de Rosario Murillo, «nos salvamos o nos hundimos todos», en plena alocución de que las sanciones están ahogando al régimen y ellos se ven en la necesidad de atacar al pueblo.
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